La Tarta Tatin de zanahorias y miel es una de esas recetas que te enamoran por lo sencilla que es y lo espectacular que queda. Es una versión distinta del clásico francés de manzanas caramelizadas, pero aquí las zanahorias se convierten en las grandes protagonistas. Caramelizadas con miel y azúcar, y cubiertas con una base crujiente de hojaldre, crean una combinación de dulce y salado que sorprende y encanta.

Una de las cosas que más me gusta de esta receta es que no solo es fácil de preparar, sino que además es muy versátil. Es perfecta como entrante, como acompañamiento para carnes o incluso como plato principal ligero si la sirves con una ensalada fresca. Además, el detalle de usar dos láminas de hojaldre en lugar de una es un truco que aporta un extra de textura y hace que la base quede más firme y dorada, ideal para soportar el relleno jugoso de zanahorias.

Si te animas a probar esta versión salada de la Tarta Tatin, verás que no necesitas ser un experto en la cocina: con unos pocos ingredientes y el hojaldre ya preparado, tendrás un plato que parece de restaurante pero que se hace sin complicaciones. Es una receta diferente, original y con ese punto dulce-salado que siempre triunfa. ¡Te encantará!
 

Ingredientes

  • 50 g de mantequilla
  • 1 kg de zanahorias
  • 70 g de azúcar moreno
  • 60 ml de miel
  • Sal
  • Pimienta al gusto
  • 2 láminas de hojaldre redondas (masa refrigerada)
  • 1 huevo batido
  • Ricotta montada (opcional)
Nota: Opcionalmente, también peudes personalizar la tarta con algunas especias (te dej opciones en las notas finales)

    Preparación

    1. Pela y limpia las zanahorias, quítales el rabito y córtalas en rodajas de 2-3 cm de grosor.
    2. Precalienta el horno a 200 ºC.
    3. En la cocotte baja tipo cacerola Le Creuset (o en su defecto, directamente en el molde de hierro para Tarta Tatin Le Creuset), añade la mantequilla y derrítela a fuego suave.
    4. Añade las zanahorias a la cacerola. Dóralas por ambos lados.
    5. Cuando estén doradas, tapa la cacerola y deja cocinar al vapor durante unos 10 minutos, hasta que estén un punto más tiernas, aún firmes.
    6. Añade la miel, el azúcar y sal-pimienta al gusto las zanahorias. Remueve hasta que se mezclen bien y retira del fuego.
    7. Coloca las dos láminas de hojaldre, una encima de la otra, y estíralas con un rodillo ligeramente, hasta que sean lo suficientemente grandes para cubrir la superficie de la sartén o cazuela.
    8. Cubre las zanahorias con el hojaldre, presionando ligeramente los bordes hacia adentro.
    9. Pinta toda la superficie de la masa con el huevo batido, y hornea a 200 °C durante 25 minutos, o hasta que el hojaldre esté dorado.
    10. Saca la tarta del horno y deja enfriar durante 10 minutos.
    11. Coloca un plato amplio a modo de tapa en la cacerola, y dale la vuelta, inviertiendo así la tarta y emplatándola a su vez para servir (al voltear la cacerola, hazlo como si girases una tortilla, pero es importante hacerlo hacia afuera -si cae parte del líquido o caramelo en el giro será más seguro, evitarás quemarte).
    12. Sirve la tarta tatin caliente. Puedes repartir por la superficie queso ricotta desmenuzado, aporta un bonito contraste, o tal cual ha salido del horno.

     Notas

    Las zanahorias combinan de maravilla con especias, y añadirles un toque especial puede llevar esta Tarta Tatin de zanahorias y miel a otro nivel. Aquí tienes algunas ideas que podrían funcionar muy bien (solo deberías añadir una pequeña cantidad a la vez que añades la sal y pimienta... espolvoreando la especia que quieras por las zanahorias):

    • Curry: ¡Esta opción me encanta! Un toque de curry suave o incluso una mezcla tipo "curry amarillo" realzará el dulzor natural de las zanahorias y dará un giro exótico a la receta. Añade una pizca junto con la miel y el azúcar mientras caramelizas las zanahorias.
    • Comino: Incluso si no eres muy fan, ¡Le pega genial a las zanahorias! El comino tiene un sabor cálido y ligeramente terroso que complementa muy bien las zanahorias. Úsalo en polvo o añade algunas semillas al caramelizar para un toque más intenso.
    • Cúrcuma: Si buscas un toque sutil y un bonito color dorado, una pizca de cúrcuma puede ser perfecta. Combina genial con la miel y no sobrecarga el plato.
    • Canela: ¡Siempre caigo rendida a sus pies! Una pizca de canela le da un matiz dulce y cálido que potencia el caramelizado. Ideal si quieres mantener el equilibrio entre dulce y salado.
    • Pimienta negra o pimienta rosa: Puedes cambiar la pimienta negra por rosa, o añadir una pizca de cada. La pimienta negra recién molida aporta un contraste ligero al dulzor de las zanahorias. Si quieres algo más decorativo y sutil, la pimienta rosa también es una buena opción.
    • Cilantro molido: Siempre me cuesta más añadir cilantro, pero si buscas algo diferente, el cilantro aporta un toque fresco y ligeramente cítrico que combina bien con la miel.

    ¿Te animas a probar con alguna de estas o crees que seguirás con la versión original?

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