Hacer pasta en casa, aunque parezca complicado, resulta muy fácil. Sólo se necesita harina y huevo, y seguir los pasos de amasar, estirar y cortar. Unos pasos sencillos que nos traen unos resultados en textura y sabor radicalmente diferentes al de la pasta que compramos habitualmente.

Hoy Virginia, autora de Sweet&Sour, nos presenta la receta con un toque distinto de color y sabor. ¡Irresistibles! Toda una tentación que no os podéis perder

Últimamente estoy en modo pasta total. Probando mezclas y tipos de pasta. Esta receta que hoy os traigo es deliciosa, por el punto ligeramente dulce que la remolacha deja en la pasta y el contraste con el punto alegre del queso gorgonzola. Para mí de 10.

Además, para rebajar el punto de grasa de la salsa de esta receta, porque ya nos lo aporta el queso, no hemos querido añadir nata y la hemos sustituido por leche evaporada, que hace la salsa más ligera, menos calórica y menos pesada. Debemos cuidar la salud y la línea.

La pasta de remolacha es sencilla y como veis da un color al plato precioso. Es cierto que con la cocción se pierde parte de ese color intenso de la remolacha, pero aun así resulta un plato de lo más colorido.

La remolacha la podéis añadir asada o cocida, y lo mismo de la que encontráis envasada en los supermercados o casera.

No me cansaré de decirlo, pero preparar pasta fresca es tan sencillo que quienes os animéis a prepararla repetiréis y hasta os enganchareis, como ocurre en cierta manera con el pan casero. Una máquina de una marca tradicional como Imperia, es sinónimo de éxito en el resultado, y por un precio absolutamente razonable. Además, el sabor de la pasta fresca casera no tiene nada que ver con las pastas compradas, y tiene la ventaja que podéis preparar pastas de todo tipo y a vuestro gusto.

La receta de la pasta de remolacha varía ligeramente en cuanto a proporciones de la tradicional, principalmente porque para que el color sea intenso añadimos una buena cantidad de remolacha en puré, y lo que hacemos es retirar un par de huevos para compensar y mantener la proporción de sólidos y líquidos. En cualquier caso, el sistema es el mismo que el que podéis encontrar en el tutorial sobre "Como preparar pasta fresca en casa". Vamos con la receta.

INGREDIENTES: (Para 4 raciones)

Para la pasta de remolacha:

  • 300 g de harina "00" o una mezcla de 210 g de harina y 70 g de semolina
  • 150 gr. de puré de remolacha*
  • 1 huevo "M"
  • 1 pizca de sal
  • Agua abundante y sal para la cocción de la pasta

*Todas las harinas no absorben la misma cantidad de agua, así que comenzad por añadir 100 gr. de puré de remolacha, hasta obtener la textura deseada. Recordad que solo incorporamos un huevo y por tanto la pasta no debe ser demasiado blanda, sino preferiblemente más bien sequita.

Para la salsa de gorgonzola y piñones:

  • 120 g de queso Gorgonzola
  • 200 ml de Leche evaporada
  • 50 g de piñones
  • Pensamientos comestibles para decorar.

PREPARACIÓN

Comenzamos preparando nuestra pasta fresca de remolacha: Para ello trituramos la remolacha hasta convertirla en puré. Mezclamos con el huevo y reservamos.

Si seguimos el método tradicional, mezclamos y tamizamos la harina y la sal (si la usamos), depositándola directamente sobre la mesa de trabajo o en un bol amplio.

Hacemos un hueco en el centro y depositamos en su interior el huevo y la remolacha mezclados. Con ayuda de un tenedor, vamos incorporando poco a poco harina de los laterales al centro. Cuando empiece a formase una masa semiblanda, la comenzaremos a amasar con más fuerza hasta conseguir una masa elástica y homogénea. Envolvemos en film, y llevamos al frigorífico por espacio de 1 hora.

Tened en cuenta que la masa debe resultar una masa más bien durita, que no se pegue a las manos, pues de lo contrario si obtuviésemos una masa demasiado húmeda o blanda nos resultaría luego muy difícil laminarla. Por eso, si vemos que nos hace falta más remolacha porque es demasiado dura, o más harina porque es demasiado blanda, la añadiremos mientras amasamos y mezclamos.

Si utilizamos nuestra Kitchen Aid, ponemos todos los ingredientes en el bol de la batidora y mezclamos lentamente a velocidad 1 con el accesorio de pala hasta obtener una masa homogénea.

Cambiamos por el gancho de amasar y continuamos amasando a velocidad 2 durante unos 5-8 minutos, hasta que la masa quede elástica y homogénea. Le damos forma de bola, envolvemos en film y llevamos al frigorífico por espacio de 1 hora. Ya tenemos nuestra masa lista para laminar y cortar. Más fácil imposible.

Vamos ahora con el laminado y cortado de la pasta. Sacamos del frigorífico y procedemos a dividir nuestra bola en 4 partes. Guardamos tres de las partes en film y de vuelta a la nevera para que no se sequen.

Para laminar con la máquina de pasta: Aplanamos la porción restante con las manos y la pasamos por el rodillo laminador de la máquina de pasta, en su apertura mayor. La doblamos para conseguir una forma rectangular y volvemos a pasarla en la misma apertura. Repetimos esta operación en esa misma apertura 3 o 4 veces, hasta que nuestra plancha de masa obtenga la anchura del rodillo.

Reducimos un número la apertura del rodillo, enharinamos nuestra plancha de masa y la pasamos por el rodillo. Vamos repitiendo esta operación, reduciendo en cada pasada el grosor del rodillo, hasta finalizar. Obtendremos una lámina muy larga y de un grosor de 1 a 1,5 mm.

Durante el laminado, es posible que debamos enharinar ligeramente la lámina de pasta para que no se nos pegue.

Una vez lista nuestra lámina de pasta, la dejamos secar colgada en el respaldo limpio de una silla, en una percha o en los utensilios que existen específicos a tal fin. Continuamos con el resto de porciones de masa.

Para laminar la pasta sin máquina, debemos hacer uso de un rodillo. A ser posible pesado y dejarla de un grosor de unos 1 o 2 mm. Cojemos una de las 4 partes en que hemos dividido la bola de masa y la aplastamos ligeramente con las manos. Enharinamos ligeramente la superficie donde vayamos a trabajar y comenzamos a estirarla, dándole giros de 90º, hasta obtener laminas del grosor deseado.

Vamos ahora con el corte: Las máquinas de pasta, además de con la base con los rodillos laminadores, vienen con un par de cabezales con distintos tipos de corte, que se acoplan a la base. De este modo, cada tira de las obtenidas, la cortamos a su vez en tiras de unos 20 cm y la pasamos por el rodillo de corte elegido. Si es necesario enharinamos ligeramente cada lámina de pasta para que no se nos pegue.

Dejamos secar la pasta ya cortada nuevamente colgadas como habíamos hecho con las tiras, mientras procedemos al corte del resto.

Si vamos a realizar el corte manual, cortamos cada tira en tiras de unos 20 cm y las doblamos tres o cuatro veces sobre si mismas, enharinando ligeramente la lámina en cada doblez para que no se pegue. Con un cuchillo afilado cortamos tiras de 2 cm para conseguir nuestros Tagliatelle.

Para cortar la pasta, también podemos hacer uso del rodillo para cortar pasta, con el que puedes hacer el corte con facilidad de forma uniforme.

Mientras la pasta se seca, preparamos la salsa de gorgonzola y piñones: En un cazo depositamos la leche evaporada y el queso en pedacitos. Ponemos a fuego medio y dejamos que el queso se funda con la leche evaporada, no quitando un ojo del cazo y revolviendo de vez en cuando.

Mientras tanto, machacamos la mitad de los piñones en el mortero. El resto los tostamos en una sartén sin aceite y reservamos.

Cuando el queso se haya disuelto, añadimos los piñones y dejamos cocinar un par de minutos a fuego medio bajo. Retiramos y reservamos al calor. De esta salsa, la mitad irá a una sartén y el resto a una salsera.

Si la salsa quedase muy espesa podéis fluidificarla con un poco de leche evaporada.

Lista nuestra pasta y nuestra salsa, procedemos a cocer la pasta en abundante agua hirviendo con sal, durante un par de minutos a contar desde el primer hervor una vez introducida la pasta. Una vez lista, sacamos y colamos de inmediato.

Mientras la pasta se cuece, ponemos una sartén a fuego y añadimos la mitad de la salsa. Cuando la pasta esté cocida y colada, volcamos sobre la salsa y dejamos 2 o 3 minutos, dando unas vueltas para que la pasta se empape bien.

Servimos de inmediato en platos calientes, con una cucharada de salsa por encima y unos piñones. Decoramos con pensamientos comestibles si queréis dar un toque más chic.

Un plato sencillo y absolutamente delicioso, casero de principio a fin.

A disfrutar.

Virginia

Comentarios

Claudia dijo:

Hola Mayte, el puré de remolacha está pensado de hacerlo con remolacha natural cocida. La de lata a menudo llevan otros aditivos y el sabor no es exactamente igual… pero todo es probarlo!! :) Un saludo y gracias por escribir, si te animas con la receta ya nos contarás qué tal.
Saludos!

Mayte dijo:

Una pregunta, el puré de remolacha se hace con remolacha cocida, de la que venden para las ensaladas, o con la cruda?

Claudia dijo:

Muchas gracias Elida!! Una alegría que te gusten. Por mi parte, te animo a probarlas, están deliciosas. Saludos, hasta pronto!

Claudia dijo:

gracias Mon, tienes uqe probarla, verás qué delicia!! :) Saludos!

elida yolanda dijo:

me encanta cocinar y las recetas que veo aca son muy censillas de hacer y quedan muy bien…felicitaciones !!!

mon dijo:

Una receta que ha de ser deliciosa y además elegante.
Me gusta y me la guardo!
Besos

Dejar un comentario