Cuando llega el otoño, la calabaza se convierte en la estrella de muchas recetas. Pero, ¿sabías que preparar puré de calabaza casero abre un mundo de posibilidades en tu cocina? Desde bizcochos esponjosos hasta sopas cremosas y salsas irresistibles, este básico tan fácil de hacer te permitirá dar un toque especial y saludable a tus creaciones. Además, al preparar el puré en casa, tienes el control total de los ingredientes, sin aditivos ni conservantes, y puedes congelarlo para tenerlo siempre a mano (o almacenarlo al vacío para alargar su vida útil en la nevera durante días y días hasta su uso).
Te explico cómo prepararlo de manera sencilla para que te quede perfecto. ¡Vamos a ello!
Ingredientes para preparar puré de calabaza (aproximadamente 245 g)
- 500 g de calabaza tipo "butternut"
- 240 ml de agua a temperatura ambiente
Cómo preparar puré de calabaza tradicional
- Precalienta el horno a 200°C (sin ventilador, solo calor superior e inferior).
- Con un cuchillo afilado, corta la calabaza a la mitad y retira las semillas junto con las fibras de su interior, pero deja la piel. Luego, trocea en piezas medianas para que sea más fácil y rápido de hornear.
- Coloca los trozos en una fuente para horno con la piel hacia arriba y la pulpa en contacto con la fuente. Añade el agua a la bandeja y hornea durante unos 35-45 minutos, o hasta que la pulpa esté tierna al pincharla.
- Deja enfriar completamente la calabaza. Una vez fría, saca la pulpa con una cuchara y deséchala la piel.
- Tritura la pulpa en una batidora de vaso (yo uso la Magimix), o en un procesador de alimentos, hasta conseguir un puré bien fino.
- Transfiere el puré a un colador fino o un chino, colocándolo sobre un recipiente para que drene el exceso de líquido. Si quieres asegurarte de eliminar toda el agua, puedes poner un filtro de café en el fondo del colador. Este paso es clave (dejar drenar el exceso de agua), ya que la calabaza contiene mucha agua y, si no la eliminamos, podría afectar la consistencia de tus recetas.
Conservación del puré de calabaza:
Guarda el puré en un recipiente hermético y refrigéralo hasta una semana, o en unos recipientes al vacío hasta 2 semanas. También puedes congelarlo para usarlo en los próximos dos meses. Puedes hacer una buena cantidad (solo tienes que doblar cantidades si lo deseas) y así tener puré listo para tus futuras recetas de bizcochos o cremas.
Ahora tienes un puré de calabaza perfecto, listo para ser el ingrediente estrella de tus platos. ¡Anímate a probarlo en tu próximo bizcocho y verás cómo marca la diferencia!