Una cebolla, un puñadete de chalotas, un rulo de queso de cabra, unas ramas de romero y una lámina de masa quebrada. Eso es todo lo que necesitamos para preparar este bellezón y triunfar. Bueno, eso y que la masa sea casera. La diferencia con las industriales es abismal y, por sí no lo sabíais, no cuesta nada (o casi nada) hacerla en casa.
Esta tarta salada de chalotas y queso de cabra se encuentra a medio camino entre una quiche y una coca. No es la primera porque no lleva huevo, ni la segunda porque la base es diferente. Es deliciosa, delicada, jugosa y está cargada de matices sabrosos. Lo tiene todo. De esas recetas que vais a querer hacer una y otra vez, ya sea para diario o para una ocasión especial.
Ingredientes (para 4-6 personas)
Para la masa quebrada
- 250 g de harina de trigo
- 1/2 cucharadita de sal
- 125 g de mantequilla muy fría
- 60-80 ml de agua helada
Para el relleno
- 1 cebolla
- 12 chalotas
- 1 rulo de queso de cabra
- 1 hoja de laurel
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida
- Romero fresco
Molde cerámico para tartas Le Creuset
Preparación
De la masa quebrada
- Con un cuchillo afilado y sobre una tabla de corte, troceamos la mantequilla (que ha de estar muy fría) en pequeños dados.
- En un recipiente hondo y amplio colocamos la harina y la sal, removemos y añadimos la mantequilla en dados. Mezclamos con las manos hasta conseguir una textura como de migas en la que no queden grumos grandes, esto nos llevará tan solo unos minutos.
- A continuación añadimos el agua fría y mezclamos de nuevo, amasando suavemente hasta que todos los ingredientes están bien integrados.
- Estiramos la masa en forma de disco, envolvemos en papel film y a la nevera a reposar durante 30 minutos.
Del relleno
- Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana, es decir, en tiras finas. Pelamos las chalotas y, para ello, la manera más rápida y sencilla es escaldarlas en agua hirviendo 20 segundos.
- Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén. Añadimos la cebolla, las chalotas, la hoja de laurel y salpimentamos al gusto. Pochamos a fuego lento durante 20 minutos. Retiramos del fuego y reservamos.
Terminación y horneado
- Cuando la masa quebrada haya reposado, la retiramos de la nevera y la estiramos con ayuda de un rodillo, dándole forma de círculo. Para que no se pegue a la encimera, espolvoreamos la superficie con un poco de harina o usamos una lámina de papel vegetal.
- Forramos la base y laterales de un molde para quiche con la masa (nosotros hemos usado el cerámico de Le Creuset). Retiramos el sobrante cortándolo con un cuchillo afilado.
- Cubrimos la masa con papel vegetal y colocamos unas legumbres viejas por encima, para que el peso ayude a mantener la forma. Introducimos el molde en el horno, precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, y cocemos durante 15 minutos. Retiramos las legumbres y el papel vegetal y cocemos 15 minutos más.
- Retiramos el molde del horno e, inmediatamente, pincelamos la base y laterales de la masa con clara de huevo. El calor hará que coagule y se formará una capa impermeable que evitará que la masa reblandezca cuando coloquemos el relleno encima.
- Extendemos la cebolla y las chalotas pochadas sobre la masa y cubrimos con el queso de cabra, sin corteza, troceado. Colocamos unas ramas de romero por la superficie y llevamos el molde de nuevo al horno. Lo colocamos en la parte más baja y programamos 10 minutos con calor solo en la parte inferior, a 180 ºC.
- Podemos consumir la tarta en el momento, pero recomendamos esperar media hora para que sea más fácil de cortar y no se desmorone.
Molde cerámico para tartas Le Creuset