La tarta salada que os traigo hoy me parece una propuesta estupenda para las cenas informales en casa, o para llevar cuando vamos de invitados, ¡incluso para un pícnic! Os aseguro que me apetece mucho prepararla un sábado por la noche, dejarla enfriar hasta el domingo por la mañana, y disfrutarla en un desayuno de lujo y sin prisas en familia. Lo cierto es que como se puede preparar casi al momento para comerla recién hecha, o tenerla lista con antelación para servirla fría, esta tarta de espárragos y ricota, además de estar buenísima, es todo un acierto.
Este tipo de tartas se pueden hacer con infinidad de variaciones y quedan de lujo horneadas en moldes o bandejas cerámicas. Si la bandeja es bonita, la presentación es inmejorable, porque además de estar rica, entra por la vista. Y si el molde es tan resistente que puedes cortar la tarta directamente en él sin rayarlo, como es el caso del molde cerámico ondulado rectangular de Emile Henry, entonces no podemos pedir nada más, porque lo tenemos todo. Solo nos quedará pedir una porción de esta estupenda tarta de espárragos y ricotta para comprobar que es una delicia.
La masa de la tarta siempre resulta mejor si la hacemos en casa. Con un robot se hace muy rápidamente, pero a mano no creáis que se tarda mucho más. Solo necesitamos mezclar los ingredientes para integrarlos, ya que la masa no hay que trabajarla apenas. Aun así, siempre podéis hacerla con una masa brisa comercial, o si lo preferís con una lámina de hojaldre.
Aquí tenéis la receta de la tarta de espárragos y ricotta, una tarta salada deliciosa, que estoy segura de que os va a encantar.

Ingredientes
Para la masa de la tarta
- 300 g de harina común, de todo uso
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 huevo
- 1 yema de huevo
- 100 ml de agua
Para el relleno y la preparación
- Una cucharada sopera de AOVE
- 600 g de espárragos verdes
- 400 g de ricotta
- 3 huevos
- 100 g de queso parmesano rallado
- Sal y pimienta negra recién molida, al gusto
- Un pellizco de nuez moscada (opcional)
Preparación:
- En primer lugar, hay que preparar la masa. Para ello pon la harina, la mantequilla, el huevo, la yema y el agua en el bol de tu robot de cocina KitchenAid. Añade un pellizco de sal y mezcla con el batidor plano.
- Cuando los ingredientes se hayan integrado, saca la masa del bol y forma una bola con ella. Envuélvela en film y deja que repose en la nevera durante una media hora.
- Mientras la masa reposa, lava los espárragos y corta los tallos.
- Calienta agua en una olla o cazuela amplia y, cuando el agua hierva, pon los espárragos. Añade sal gruesa y deja que hiervan de 5 a 10 minutos (si son finos con 5 minutos es suficiente, pero dependiendo del grosor, tal vez necesiten unos minutos más).
- Prepara un bol con agua fría y cubitos de hielo. Cuando los espárragos estén cocidos, sácalos de la olla y llévalos al bol para cortar la cocción lo antes posible y que mantengan su color.
- Precalienta el horno a 200º C.
- Ahora hay que preparar el relleno de la tarta. En un bol pon la ricotta, los huevos, el parmesano rallado, la sal, la pimienta negra recién molida y ralla un poco de nuez moscada, si quieres añadirla. Mezcla los ingredientes ayudándote de una cuchara mezcladora. También puedes hacerlo en un procesador o una picadora de alimentos, procesando hasta que se integren los ingredientes.
- Saca la masa de la nevera, espolvorea un poco de harina en la encimera y estira la masa formando un rectángulo que sea un poco más grande que el molde cerámico ondulado Emile Henry de 34 x 24 cm.
- Coloca la masa en el molde ligeramente enharinada. Recorta los bordes si fuera necesario.
- Reparte 2/3 partes de los espárragos sobre la masa y vierte por encima la mezcla de la ricotta.
- Dispón por encima los espárragos restantes y pincélalos con AOVE. Sazona a tu gusto y espolvorea un poco de pimienta negra recién molida.
- Lleva el molde al horno y hornea durante 45 minutos a 200º C, hasta que veas que los bordes de la masa están dorados.
- Cuando esté, saca el molde del horno y deja enfriar sobre una rejilla. Preséntalo en la mesa tal cual, porque el molde es precioso. Tibia o fría, esta tarta está increíble.

Sugerencias
- Siempre os animo a adaptar las recetas a vuestro gusto, o a los ingredientes que tengáis en la nevera. Así que, ¡hacedla vuestra!
- Esta tarta se puede versionar de muchas formas, pero estoy convencida que vale mucho la pena probarla con casi todos los vegetales de temporada. Con berenjena o calabacín, ha de estar de lujo. Y con unos buenos tomates, ha de ser deliciosa.
- La masa podéis comprarla o hacerla en casa. Yo la prefiero casera, porque ya habéis visto que se hace enseguida y el resultado vale la pena. Pero si váis con prisa o no os apetece, buscad una buena masa quebrada o de hojaldre comercial.
