Patatas al horno con parmesano crujiente

Las patatas al horno siempre son un recurso maravilloso para acompañar cualquier plato. Ya sean enteras, cortadas a rodajas gruesas o panaderas, a dados o en gajos, con un sencillo aliño a base de aceite, sal y pimienta o con las hierbas aromáticas que tengas a mano, son el perfecto complemento en tu mesa. Por eso estoy segura de que estas patatas al horno con parmesano crujiente volarán en cuanto las sirvas.

Al tratarse de una receta con apenas 4 ingredientes en la que la patata es la protagonista, asegúrate de elegir la mejor variedad, una patata que al asarse quede más blanda, pero que no se deshaga, como la kennebec. Súmale un aceite de oliva virgen extra y un buen parmesano y ¡el resultado será de diez!

Aquí tienes la receta de patatas al horno con parmesano crujiente, que es tan sencilla que no sé si podría definirse como tal. 

Ingredientes

• 2 kg de patatas grandes, variedad Kennebec
• 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
• 2 cucharaditas de sal marina
• 50 g de queso parmesano rallado finamente

Preparación

1. Calienta el horno a 180 °C.
2. Lava y seca las patatas, úntalas con el aceite de oliva.
3. Colócalas en una bandeja asadora grande y añade la sal por encima.
4. Hornea durante 1,5 horas (o hasta que estén), dándoles la vuelta cada 20 minutos.
5. Saca la bandeja del horno, cubre las patatas con el parmesano y hornea 5 minutos más, hasta que estén crujientes.
6. Sirve inmediatamente, y ¡a disfrutar!

Notas

• Adereza las patatas a tu gusto. Con pimienta negra recién molida, con unas ramas de tomillo o de romero, con orégano, con ajo o cebolla picados... ¡Haz tuya la receta!
• Nada como el Zester de Microplane para rallar queso. ¡Ojo con su cuchilla implacable! Verás como rallas un montón de parmesano en un momento y obtienes un parmesano aireado y precioso.
• Cuando añadas el parmesano puedes poner también un poco de bacon o de jamón cortado finamente, para que se dore a la vez que el queso y le dé un punto diferente. Puedes hacerlo también con chorizo o con morcilla. Seguro que sale riquísimo.