Adentrándonos en el arte de la cocina japonesa, pocas recetas capturan mi fascinación tanto como el Pollo Teriyaki, una maravilla culinaria que combina simplicidad con un sabor extraordinario. Originaria de Japón, donde "teri" evoca el brillo y "yaki" se refiere a la técnica de asar o grillar, esta receta fácil de preparar es la puerta de entrada a un universo de sabores intensos y texturas que deleitan los sentidos.
Este plato, con su irresistible apariencia brillante y marcada por el sellado del hierro, es un clásico reinventado fuera de sus fronteras, especialmente adaptado para enamorar paladares con una mezcla perfecta de salsa de soja, sake, y mirin, que proporciona esa característica dulzura sutil que te engancha totalmente y te hace repetir bocado tras bocado. Aunque debes saber que la versión que te traemos aquí tiene un toque más audaz, endulzado con azúcar blanco y jugo de piña, espesado con maicena, y enriquecido con jengibre y ajo, ingredientes que añaden profundidad y un homenaje a las influencias coreanas en la cocina moderna.
Nota importante para seguir la receta
Lejos de ser una preparación tradicional, esta receta de Pollo Teriyaki es notablemente fácil de elaborar y garantiza una experiencia gastronómica placentera. No olvides la importancia de marinar el pollo; una noche en la nevera es ideal para que los sabores se fusionen a la perfección, aunque si el tiempo apremia, una hora puede ser suficiente. Te invito a probar esta receta, un plato que no solo satisface el apetito sino que también despierta la curiosidad por explorar más delicias de la cocina japonesa.
Con un equilibrio perfecto entre profesionalismo y cercanía, esta versión del Pollo Teriyaki promete convertirse en una de tus recetas japonesas favoritas, ofreciendo una experiencia culinaria tanto reconfortante como exquisita. Prepárate para ser transportado a Japón con cada bocado, en una aventura de sabores que no querrás que termine.
Antes de empezar:
Debes saber que la gracia del pollo teriyaki es la salsa. Así, puedes decidir qué parte del pollo o cómo deseas disfrutarlo: hoy te traemos pechuga de pollo cortado en dados, pero es ideal también hacer la pechuga entera y presentarla cortado en tiras y rociado con la salsa, o puedes también hacer alitas o muslos (¡incluso al horno, si quieres!). Te dejamos la receta, pero te animamos a adaptarla a tu corte favorito o a aprovechar el pollo que tengas en casa para hacerla.
Ingredientes
- 4 pechugas de pollo (sin piel y sin hueso)
- 240 ml de salsa de soja
- 200 g de azúcar
- 1½ cucharaditas de azúcar moreno
- 6 dientes de ajo, triturados
- 2 cucharadas de jengibre fresco rallado
- ¼ de cucharadita de pimienta negra
- 1 rama de canela
- 1 cucharada de zumo de piña
- 2 cucharadas de maicena
Preparación
- En una cazuela pequeña, mezcla todos los ingredientes, excepto el pollo y la maicena. Caliéntalo hasta que hierva a fuego fuerte, luego baja la llama y revuelve hasta disolver completamente el azúcar, lo que debería tomar cerca de 3 minutos. Una vez hecho, retíralo del fuego, deja que se enfríe, retira la rama de canela y agrega 120 ml de agua.
- Toma el pollo, córtalo en dados y ponlo dentro de una bolsa plástica resistente que puedas sellar (una bolsa con ZIP), o un recipiente hermético de cristal (si prefieres servir el pollo en tiras o entero, no lo cortes y dispón las pechugas de pollo enteras en el recipiente).
- Vierte dentro la salsa que has preparado, asegúrate de cerrar bien la bolsa o recipiente, y mueve para que el pollo quede totalmente impregnado. Deja reposar en el refrigerador, al menos durante una hora, aunque lo ideal sería toda la noche.
- Saca el pollo del recipiente y guárdalo aparte. La mezcla restante (la marinada con que has impregnado el pollo), viértela en un cazo pequeño y caliéntala hasta que empiece a hervir a fuego alto. Después, baja el fuego.
- Disuelve la maicena en 2 cucharadas de agua y agrégala al cazo. Continúa removiendo hasta que veas que la salsa empieza a espesarse. Añade agua gradualmente (unos 120 ml) hasta alcanzar una consistencia cremosa. Retira del fuego y déjala a un lado.
- Prepara tu wok de hierro tipo Balti Dish o la sartén Skillet, poniéndola a calentar al fuego.
- Con un pincel, aplica la salsa sobre todas las caras del pollo y, cuando la Balti o la Skillet estén calientes, cocínalo aproximadamente 3 minutos por cada lado. Mientras tanto, lleva la salsa restante a ebullición y luego mantén a fuego muy bajo, añadiendo agua de a poco para conservar una textura que puedas verter.
- Cuando el pollo esté listo, es interesante servirlo al momento, caliente. Al momento de servir, corta el pollo en tiras, disponlo en los platos y baña con la salsa preparada.
Nota: En caso de hacer las pechugas de pollo enteras, te recomiendo usar la skillet o una parrilla de hierro. Es interesante que sea de hierro, eso sí, por el calor que transmite y la rápida cocción y sellado.