Pasta fresca con mantequilla de trufa

¿Qué me dices del placer de disfrutar de pasta fresca recién hecha en casa? Prepararla resulta muy fácil, pero si además la acompañas de una deliciosa salsa trufada como nos propone Beatriz, autora de To Be Gourmet, el resultado es espectacular. ¡Espero que la disfrutes!

Cada vez me gusta más hacer la pasta en casa. Es un proceso rápido y muy sencillo, y el resultado nada tiene que ver con la pasta seca y tampoco con la pasta fresca comercial.

A los niños además les gusta participar, les parece divertidísimo. En ocasiones yo preparo la masa y el resto lo hacen ellos solos.

La salsa que acompaña a esta pasta no puede ser más rápida y más fácil de hacer, y a la vez es diferente y deliciosa. Una vez pasado el invierno y la temporada de la trufa, resulta una maravilla comprobar que con recetas así podemos seguir disfrutando de su aroma y su perfume.

Ingredientes

• 200gr de harina de fuerza
• 2 huevos L
• 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
• 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra con trufa
• 30g de mantequilla trufada Tartuflanghe
• Sal

Mantequilla trufada Tartuflanghe, cuchillo de cocina Pallarès y máquina para hacer pasta Imperia

Preparación

En un bol ponemos la harina, los huevos, la cuchara de aceite y la sal. Amasamos hasta obtener una masa uniforme y que no se pegue en las manos. Si esto sucediera le añadimos un poquito más de harina.

Reservamos la masa hecha una bola envuelta en film transparente dentro del frigorífico durante una hora. Si tenemos prisa podemos reducir el tiempo, pero con un mínimo de treinta minutos.

Sacamos la masa de la nevera, dividimos la masa en tres partes y las extendemos con un rodillo sobre una superficie enharinada, dando varias pasadas para que queden finas. Tratamos de hacerlo de modo que su forma sea alargada y la podamos pasar por el ancho de la máquina de hacer pasta.

Yo uso la máquina Imperia; es robusta y se sujeta muy firmemente a la mesa, lo cual es imprescindible para trabajar cómodamente; el corte es perfecto y funciona igual de bien que el primer día. Creo que es de estos tipos de útiles de cocina que duran toda la vida.

Quizá haya que enharinar el rodillo alguna vez, el caso es que la masa quede con aspecto seco.

Cogemos la primer lámina y la pasamos por el rodillo en el grosor que nos permita que entre con facilidad. La siguiente pasada la haremos en el nivel más fino y así hasta finalizar.

A continuación tomamos las láminas estiradas y las pasamos por el accesorio del cortar spaguetti o tagliatelle, según nos apetezca.

Dejamos la pasta secar para que no se pegue colgada del respaldo de una silla bien limpio, o de una percha. Aunque también hay accesorio especiales para este fin, el secador de pasta. Al cabo de una media hora podremos utilizarla.

La salsa de esta receta es tan sencilla que la haremos inmediatamente después de cocer la pasta. Lo haremos en agua salada y hasta que esté al dente… unos cinco minutos.

En una sartén, colocamos un poco de aceite de oliva virgen extra. Si podemos utilizar uno aromatizado con trufa, muchísimo mejor porque intensificará aun más el sabor. Lo templamos un poco y añadimos la pasta escurrida. Removemos hasta que esté bien suelta y a continuación, sobre la misma pasta, añadimos la mantequilla de trufa.

Seguimos removiendo para que con el propio calor de la pasta, que seguirá en fuego a la mínima potencia, se vaya deshaciendo. Dejamos reposar con el fuego apagado unos minutos, para que la pasta se impregne al máximo del sabor de la trufa, calentamos levemente de nuevo y servimos inmediatamente.

Una receta exquisita con ingredientes de primera calidad con la que vamos a triunfar seguro.

NOTA: Si quieres darle un toque aún más intenso a trufa, puedes añadir una pizca de sal de guérande trufada, su sabor te inundará.