La autora de Pemberley Cup&Cakes, nuestra colaboradora Rosa, nos invita hoy a preparar una tarta con un toque veraniego en forma de bundt cake. ¡No os perdáis este clásico de la repostería!
Pocas virtudes quedan por desvelar sobre los siempre sugerentes bundt cakes; su presentación habla por sí misma, la prácticamente infinita variedad de recetas que podemos hacer con ellos es sencillamente todo un reto y las facilidades con que se trabaja cuando cuentas con un artículo excepcional, como son los moldes de Nordic Ware, no hacen más que convertir una tarea, sumamente ya gratificante de por sí, en un auténtico placer.
La presentación tradicional de la ya clásica Hummingbird Cake (“tarta colibrí”) suele ser, en realidad, en forma de tarta de varios pisos con una generosa cobertura de queso crema y un puñado de nueces. Sin embargo, yo he querido recrear esta popular tarta en versión bundt cake, pues como os decía, es una de las presentaciones más atractivas de casi cualquier bizcocho o tarta que se nos pueda ocurrir (¡incluso en versión salada!).
Los orígenes de la susodicha tarta siempre han dado pie a cierta controversia. Su nacimiento se sitúa a finales de la década de los 60 (siglo XX) en el Caribe, de ahí pronto llegó al sur de los Estados Unidos (donde se la llegó a conocer también como the cake that doesn’t last, “la tarta que no dura”) y desde entonces no ha hecho más que ganar adeptos. Las diferentes versiones acerca del por qué de ese nombre tan pintoresco van desde el sonido que emite invariablemente todo aquel que la prueba —una especie de hmmm… — hasta lo irresistible de su aroma y sabor, que atrae incluso a aves tan delicadas y exigentes como son los colibríes, que sólo se alimentan de néctar.
En cualquier caso, se trata de un bizcocho realmente exquisito, en mi opinión, perfecto para estas fechas estivales gracias a ese toque inconfundible que le dan tanto la piña como el plátano (o banana, en su preparación original). Aunque no es imprescindible, yo he optado por añadir también un toque de coco rallado como broche final, para acentuar así un poco más ese aire veraniego. En cualquier caso, sea la estación del año que sea, un bizcocho con estas credenciales es un festín para los sentidos.
Ingredientes (para 12-14 raciones)
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
*1 cucharada equivale a 15 ml; 1 cucharadita equivale a 5 ml*
Para el bizcocho:
- 360 g de harina de trigo normal
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 1 cucharadita de canela de Ceilán molida
- ½ cucharadita de sal
- 3 huevos (L)
- 300 g de azúcar blanco
- 180 ml de aceite de girasol o de oliva suave (según preferencia personal)
- 1 ½ cucharaditas de extracto puro de vainilla
- 350 g aprox. de plátanos bien maduros, hechos puré (3-4 unidades, según tamaño)
- 200 g aprox. de piña fresca (bien madura) o en almíbar (sin el jugo), cortada en trocitos
- 120 g de nueces, troceadas (más un puñadito extra para decorar)
- Coco rallado, para decorar
Para el glaseado:
- 100 g de queso crema
- 200 g de azúcar glass, tamizado
- ½ cucharadita de extracto puro de vainilla
- 1 – 1 ½ cucharadas de leche
Elaboración
Del bizcocho:
1. Precalentamos el horno a 180°C con calor arriba y abajo y colocamos la rejilla en la posición central.
2. Con ayuda de un pincel de repostería, engrasamos a conciencia un molde para bundt cakes con capacidad para 10-12 cups (2,4 - 2,8 l) de unos 25 cm de diámetro. Seguidamente, espolvoreamos con una fina capa de harina y eliminamos el exceso dando unos golpecitos al molde con la palma de la mano. De forma alternativa, también podéis usar el spray antiadherente. Reservamos.
3. En un cuenco grande, tamizamos juntos la harina, el bicarbonato, la canela y la sal con ayuda de un tamizador (o un colador grande, en su defecto) y terminamos mezclando con unas varillas para combinar bien todos los ingredientes. Reservamos.
4. En otro cuenco grande aparte, batimos los huevos junto con el azúcar enérgicamente con unas varillas (a mano o con la ayuda de una batidora/amasadora) durante unos 3 minutos hasta conseguir una mezcla esponjosa y densa y visiblemente más pálida.
5. A continuación, incorporamos el aceite a la mezcla anterior progresivamente en un hilillo sin dejar de remover, mezclando ahora ya con más suavidad hasta integrar por completo.
6. Seguidamente, añadimos el extracto de vainilla y mezclamos hasta conseguir combinar por completo.
7. Agregamos los ingredientes secos que teníamos reservados (punto 3) en 2 tandas, mezclando suavemente después de cada adición, lo justo para que queden hidratados (no importa si aún queda algún resto visible de harina).
8. Añadimos el puré de plátano, la piña troceada y las nueces y mezclamos con ayuda de una espátula de silicona hasta que quede todo repartido de manera uniforme.
9. Vertemos la masa en el molde, procurando que quede bien repartida y distribuida hasta el último rincón o recodo del diseño del molde. A continuación, golpeamos muy suavemente la base del molde contra la encimera unas cuantas veces (con la precaución de haber colocado con anterioridad un paño para evitar dañar ninguna de las dos superficies) con el fin de que se termine de asentar correctamente la masa y de eliminar las posibles burbujas de aire de su interior. De esta forma, además, se nivelará la superficie por sí misma (si fuera necesario, terminaríamos alisándola con una espátula).
10. Horneamos a 180º durante unos 65-70 minutos o hasta que al insertar una brocheta o similar en el centro ésta salga perfectamente limpia (como cada horno es distinto, os recomiendo ir controlando si está hecha a partir de los 60 minutos).
11. Retiramos del horno y dejamos enfriar dentro del molde durante 10 minutos. Pasado este tiempo, desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar sobre una rejilla enfriadora por completo antes de glasear y decorar.
Del glaseado:
1. Batimos el queso crema enérgicamente durante un par de minutos hasta conseguir una textura suave, cremosa y sin grumos. Podemos utilizar unas varillas, una espátula o una batidora/amasadora para mayor comodidad.
2. Agregamos el azúcar glass, el extracto de vainilla y una cucharada de la leche y seguimos batiendo, primero con suavidad para que se integre bien el azúcar y después con más fuerza, hasta obtener una mezcla uniforme y cremosa. Añadiremos un poco más de leche, muy poco a poco, en caso de necesitar aligerar nuestro glaseado.
3. Aplicamos sobre nuestro bizcocho, ya frío, y dejamos que se solidifique a temperatura ambiente, pero alejado de las corrientes de aire.
4. Como toque final, podemos terminar por espolvorear con un poco de coco rallado y unas cuantas nueces troceadas por encima.
Se conserva durante 3-4 días bien cubierto, preferiblemente refrigerado. Dejaremos que se aclimate fuera del frigorífico unos minutos antes de servir.
Notas
- Yo he usado el modelo Heritage de Nordic Ware, por el que siento cierta inclinación, pero cualquiera de los diseños es perfectamente válido; sólo asegúrate de que el elegido tenga la capacidad mínima indicada en la receta.
- Si aún te queda alguna duda sobre cómo preparar un bundt cake infalible, no dejes de consultar estas sencillas e imprescindibles indicaciones.Feliz semana y un saludo.
Rosa
Comentarios
María Fernandez dijo:
Hola, he visto un vídeo en Youtube con esta misma receta y mismos ingredientes, el canal se llama dulce arte Julia y pública vuestra receta como si fuera suya, he pensado que está muy feo hacer eso,un saludo
M. Carmen dijo:
No está bueno, está buenísimo!! Jugoso y con un sabor increíble. Yo no le he puesto es glaseado pero en la próxima ocasión le pruebo con el glaseado.
Claudia dijo:
Gracias Clara por tu comentario en el blog -¡Es siempre un placer escuchar vuestras ideas y comentarios!
Saludos, y buen fin de semana!
Clara Sch dijo:
Es un cake exquisito!
Yo pongo un poco de ralladura de limón en vez de vainilla, pero lo probaré así.
Gracias por todas vuestras recetas!!