Hacer mermelada casera está al alcance de todos. Los que la habéis hecho ya, lo sabéis bien, y los que no lo habéis probado, sin duda os animo a hacerlo, porque no hay mermelada más deliciosa que aquella que hace uno mismo con la fruta que más le gusta! Te sorprenderá lo fácil que resulta hacerlo.
Rosa, autora de Pemberley Cup&Cakes, ha acertado de todas todas con esta receta que hoy te invitamos a probar: un fácil y delicioso bizcocho de almendra, que combinar a la perfección con la mermelada de albaricoque hecha en casa.
La primera vez que vi el cazo de cobre De Buyer supe que nos esperaba una bonita historia juntos. Y no me equivocaba: nada más sostenerlo en mis manos, pude comprobar que se trataba de una pieza excepcional, no sólo por la incuestionable calidad de sus materiales y lo impecable de su fabricación, sino también por su estética, de líneas tan acertadas como exquisitas.
Y es que su recubrimiento exterior de cobre garantiza una cocción rápida y uniforme, asegurando una excepcional transmisión del calor, mientras que el acero inoxidable del interior facilita su limpieza y mantenimiento. Vamos, un dechado de virtudes al que es prácticamente imposible no sucumbir.
Tenía entonces que estrenarlo dándole un uso acorde con lo que él nos iba a dar a cambio. Y así fue cómo esta mermelada de albaricoque y vainilla vio la luz. La fruta de verano es sencillamente espectacular, pero como todo lo bueno, dura poco; el tiempo de los albaricoques empieza a llegar a su fin, pero yo me resistía a perderlos de vista así como así. Y qué mejor forma que convertirlos en una mermelada realmente especial y poder así disfrutar de ellos durante el resto de estaciones?
Como excusa para disfrutar de ella ya mismo, he pensado que estaría bien, además, preparar este bizcocho de almendra. Se trata de todo un clásico —siempre infalible—, un cuatro cuartos con un sutil toque de almendra, que, en mi opinión, no hace más que convertir una delicia en una auténtica exquisitez. Y como no me decidía, he acabado combinando mermelada y bizcocho de dos formas distintas, ambas sencillísimas. La primera, la más sencilla, ha consistido en cubrirlo directamente con la mermelada y listo. La segunda, con sólo un paso más que la anterior, ha resultado en una más que sencilla ‘naked cake’, para lo que tan sólo hace falta abrir el bizcocho por la mitad transversalmente con una lira o un cuchillo de sierra bien largo, rellenar con una generosa capa de mermelada y cubrirlo todo con un poco de azúcar glass espolvoreado. No olvides algo de fruta fresca para decorar; nunca falla.
INGREDIENTES (para 8-10 raciones)
(Todos los ingredientes han de estar a temperatura ambiente, salvo que se indique lo contrario)
Para el bizcocho de almendra:
- 150 g de mantequilla sin sal
- 150 g de azúcar blanco
- 3 huevos (L)
- ½ cucharadita de extracto puro de vainilla
- 150 g de harina de trigo normal
- 35 g de almendras, finamente molidas
- 8 g (1½ cucharaditas) de levadura química
- ¼ cucharadita de sal
Para la mermelada de albaricoque y vainilla:
- 500 g de albaricoques
- 375 g de azúcar blanco
- 1 vaina de vainilla de buena calidad
- 1 cucharada (15 ml) de zumo de limón
ELABORACIÓN
Elaboración del bizcocho de almendra:
1. Precalentamos el horno (eléctrico) a 180ºC y colocamos la rejilla del horno en la posición central.
2. Engrasamos, forramos con papel de hornear y volvemos a engrasar el interior de un molde redondo antiadherente con base desmontable de 20 cm de Ø, como éste de Le Creuset. Reservamos.
3. En un cuenco grande, tamizamos la harina, la levadura química y la sal. Agregamos las almendras molidas y mezclamos con unas varillas hasta combinarlo todo bien.
4. En otro cuenco grande aparte, batimos enérgicamente la mantequilla y el azúcar hasta conseguir una textura esponjosa y suave y visiblemente más pálida (unos 4 ó 5 minutos).
5. A continuación, vamos añadiendo los huevos, de uno en uno y ligeramente batidos con anterioridad, mientras mezclamos ahora ya con más suavidad. No añadiremos el siguiente hasta que el anterior no se haya integrado por completo.
6. Añadimos el extracto de vainilla y mezclamos hasta integrar.
7. Seguidamente, incorporamos los ingredientes secos que teníamos reservados (punto 3) en dos tandas, mezclando con suavidad después de cada adición sólo lo justo para integrarlo todo.
8. Vertemos la mezcla en el molde y alisamos la superficie de manera uniforme con una espátula pequeña.
9. Horneamos durante unos 35-40 minutos o hasta que al insertar una brocheta en el centro ésta salga de migas; de no ser así, vamos comprobando cada par de minutos hasta que finalmente lo haga.
10. Una vez horneado correctamente nuestro bizcocho, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en el molde durante 10 minutos sobre una rejilla enfriadora. Pasado este tiempo desmoldamos y dejamos que se enfríe por completo sobre la rejilla. Se conserva a temperatura ambiente bien cubierto durante 3-4 días en un lugar fresco y seco.
Elaboración de la mermelada de albaricoque y vainilla:
Para hacer la mermelada al fuego:
1. Lavamos los albaricoques, los deshuesamos y los cortamos en cuartos. A continuación, los colocamos junto con el zumo de limón en un cazo con suficiente capacidad y nos asegure una difusión del calor de manera uniforme (el de cobre De Buyer ha superado las expectativas y con creces), y lo ponemos a fuego medio-alto para que la fruta se vaya ablandando y empiece a liberar sus jugos, removiendo de vez en cuando con una cuchara de madera.
2. A continuación, añadimos el azúcar y la vaina de vainilla, abierta por la mitad longitudinalmente, y lo llevamos todo a ebullición, removiendo con frecuencia siempre con la cuchara de madera. Una vez hierva, reducimos a fuego medio-bajo y seguimos cociendo durante al menos 15-20 minutos más, removiendo a menudo (no es necesario desespumar). La mezcla irá adquiriendo una consistencia más espesa según se vaya evaporando el agua. Podemos alargar ligeramente este tiempo si vemos que aún queda demasiado líquida, teniendo en cuenta que al enfriar espesará aún más.
Cazo de cobre de Buyer
3. Una vez lista nuestra mermelada, retiramos la vaina de vainilla y dejamos templar antes de usar (o conservamos en tarros de cristal hasta su uso)*.
ATENCIÓN: Cuando cocinamos con azúcar a una temperatura tan alta, hemos de extremar la precaución porque podría provocar quemaduras. Así que usaremos siempre el equipamiento necesario: manoplas de cocina, delantal, utensilios de mango largo, etc.
Para hacer la mermelada en panificadora:
Si dispones de panificadora, hacer mermelada es tan fácil como introducir los ingredientes (albaricoques cortados, azúcar, zumo de limón y vaina de vainilla) y accionar el "Programa 14": éste es el programa especial para mermelada de que dispone la panificadora Moulinex.
La panificadora proporciona el calor necesario y remueve, por lo que sin hacer nada tendrás la mermelada a punto terminado el programa, pasados unos 40 minutos.
Preparación de la tarta:
Como he comentado en la introducción, te propongo hoy dos alternativas a la hora de finalizar la tarta:
- Una opción es cortar el bizcocho por la mitad transversalmente con una lira o un cuchillo de sierra bien largo, y rellenar con una generosa capa de mermelada para obtener así una tarta rellena tipo naked cake, que acaba siendo siempre un triunfo seguro.
- La otra opción no tiene más complicación que recubrir el bizcocho directamente con la mermelada: fácil, rápido e igualmente delicioso!
NOTAS
- Si quieres una mermelada más fina, una vez hecha, puedes triturarla con la batidora y/o pasarla por un colador chino o pasapurés para eliminar la piel de la fruta. Yo la he dejado tal cual.
- Ya ves que es muy sencillo hacer tu propia mermelada casera y darle el toque personal que más te guste; en lugar de vainilla, puedes optar por añadir una cucharadita de canela molida, por ejemplo.
- Ya que te pones, es posible que te parezca buena idea hacer algo más de mermelada para tener reservas de cara al invierno. Así que no dudes en doblar las cantidades y hacer de sobra para las tostadas del desayuno, postres, etc. Yo he hecho algo más de lo que requiere este bizcocho, porque en casa nos encanta tener reservas de mermelada casera siempre que es posible, pero la cantidad que sobre dependerá de cuánta uses y de cómo la emplees al final.
- *En caso de hacer mermelada extra para otros usos, te vendrá bien saber que la mejor forma de conservar tu mermelada casera es envasarla al vacío en tarros de cristal esterilizados. Mientras se cuece la fruta, podemos esterilizarlos (así como sus tapas) introduciéndolos en una cacerola con agua hirviendo durante unos 30-40 minutos. Para evitar que se rompan, colocaremos una toalla pequeña o un paño de cocina entre ellos dentro del agua para que no choquen entre sí y se quiebren. Envasar al vacío es muy sencillo: una vez rellenados los tarros con la mermelada aún caliente, los cerramos bien y los dejamos enfriar totalmente boca abajo (también puedes meterlos al baño María, bien cerrados y con el agua hasta el cuello del tarro durante unos 30 minutos más). Una vez abierta, conservar la mermelada refrigerada.
¡Feliz semana!
Rosa
Comentarios
Claudia dijo:
Muchas gracias Mercedes, Leo, Encarna y Ma Elizabeth por vuestras encantadoras palabras!! Un saludo!
Mercedes dijo:
No sabéis la ilusión que me hace recibir vuestras recetas gracias
Leo dijo:
una receta de postre muy apetecible, y mas al contemplar la impecable composición artistica y la belleza de las sugerentes fotografias, realmente parecen bodegones que deberian estar en el museo, je, je,
Encarna dijo:
Riquísimo y muy fácil
Gracias
Ma Elizabeth dijo:
Me parece fabuloso y sencillo el procedimiento . Gracias