Tan deliciosas como espeluznantes, estas galletas con forma de dedo son terroríficamente perfectas para Halloween. Si consigues superar el repelús inicial y te atreves a darles un mordisco, no podrás parar de comerlas, ¡desde las uñas hasta la última miga! Esta receta de dedos de almendra de Halloween, que bien podrían ser los de cualquier brujo siniestro, ¡va a aterrorizar! ¡JAJAJAJA!
Verás que a pesar de ser una receta muy sencilla, vas a tener que organizarte un poco. La masa de estas galletas, al llevar mantequilla, se ablanda al manipularla, por lo que requiere de algunos reposos en la nevera para darle tiempo a que vuelva a coger cuerpo; pero siguiendo las consideraciones que indico en la receta y al final del post, te será muy fácil conseguir unos dedos horripilantes.
Los peques pueden colaborar, ¡seguro que estarán encantados de ayudar a hacer los rulos de masa, a marcar los nudillos de los dedos o a poner las uñas de almendra! Es una receta estupenda para hacer con ellos; se lo pasarán muy bien, les ayudará a practicar la paciencia y las manualidades casi a partes iguales y podrán asustar a sus amigos y a los mayores, ¡con solo mover un dedo!
Con las cantidades de la receta pueden salir, aproximadamente, unos 22 dedos. Así que a preparar las telarañas y la decoración más monstruosa de Halloween, ¡que vamos con la receta!
Ingredientes (para unos 22 dedos de galleta)
Para la masa:
- 185 g de harina de repostería
- 40 g de harina de fuerza
- 50 g de harina de almendra (almendra finamente molida, preferiblemente de la variedad marcona)
- 100 g de azúcar glasé
- 125 g de mantequilla cortada en dados y fría (reservar en la nevera hasta su uso)
- 1 huevo entero + 1 yema ligeramente batidos
- 1 pellizco de sal
- Un poco de pasta de vainilla
Para decorar:
- Almendra variedad largueta*
- 1 yema de huevo con unas gotitas de agua para pincelar los dedos
*Las almendras largueta serán las "uñas" de los dedos. Podéis ponerlas enteras o las podéis abrir sin que se rompan mucho, para utilizar una mitad en cada dedo.
Preparación
- En el bol de la KitchenAid ponemos la harina de fuerza, la de repostería, la de almendras, el azúcar glasé y el pellizco de sal, y removemos con el accesorio pala a velocidad suave, para que se mezclen bien.
- Seguidamente, añadimos la mantequilla cortada en dados que teníamos en la nevera y subimos un poco la velocidad (3 o 3,5). Removemos hasta que veamos que la masa tiene una textura arenosa, parecida a la del queso parmesano en polvo.
- Añadimos el huevo y la yema ligeramente batidos y la pasta de vainilla, y seguimos removiendo hasta que la masa se transforme y la veamos compacta.
- Retiramos la masa del bol, ayudándonos de una espátula o una rasqueta flexible, y la envolvemos en film transparente. La enfriamos en la nevera de 30 minutos a 1 hora, hasta que la notemos algo más firme.
- Pasado ese tiempo, hay que empezar a dar forma a la masa para hacer los dedos. Para evitar que se ablande toda la masa, lo ideal es ir sacándola por partes, manteniendo el resto en frío. Sacamos la masa de la nevera, cortamos más o menos una tercera parte y devolvemos el resto a la nevera envuelto en el papel film.
- Con la parte de la masa que hemos sacado, formamos rulos o cilindros de entre 1,5 cm y 2 cm de ancho como máximo y de unos 9,5 o 10 cm de largo aproximadamente. A medida que los vayamos haciendo, los disponemos sobre una bandeja de horno perforada, forrada con papel de horno o con un tapete para hornear perforado de silicona, y los llevamos a la nevera.
- Repetimos el proceso hasta que terminemos la masa y dejamos que los rulos se enfríen y endurezcan un poco antes de acabar de darles forma.
- Cuando estén listos, los sacamos de la nevera y vamos poniendo en uno de los extremos de cada rulo una almendra a modo de uña. Presionamos la almendra ligeramente en la masa, para que quede bien fijada.
- Ayudándonos de un cuchillo o de un palillo, marcamos los nudillos y los moldeamos ligeramente, tomando como modelo nuestros dedos.
- Volvemos a llevar los dedos a la nevera para que enfríen bien antes de hornearlos. Lo ideal sería dejarlos toda la noche en la nevera
- Cuando veamos que la masa de los dedos ha enfriado bastante (al tocarla la notamos firme), los pincelaremos con una yema a la que habremos añadido unas gotas de agua para que sea más fluida.
- Una vez hayamos pintado los dedos, encenderemos el horno a 180 °C, calor arriba y abajo y cuando el horno esté a 180 °C, introducimos la bandeja y horneamos durante unos 15 minutos o hasta que veamos que empiezan a coger color. Dependiendo de lo doradas que nos gusten las galletas, podemos dejarlas un poco más.
- Una vez estén, las sacamos del horno y las dejamos enfriar sobre una rejilla. Recién horneadas estarán algo blanditas, pero endurecen al enfriarse.
- Solo quedará presentarlas en un plato (el plato calabaza Le Creuset, es perfecto para la ocasión). Podemos poner un poco de mermelada de fresa o de cualquier fruto rojo alrededor de la almendra, y así tendremos unos terroríficos dedos de Halloween, ¡que dejarán a nuestros invitados con la boca abierta y harán las delicias de los más peques!
Consideraciones
- Verás que cuando trabajas la masa (al hacer los rulos o al acabar de dar forma a los dedos), esta se va ablandando. Por este motivo es importante ir sacando de la nevera solo la cantidad que vas a manipular, manteniendo el resto en frío. Si lo haces en varias veces ganarás tiempo, ya que cuando acabes de formar los rulos con la última porción de la masa, los primeros que formaste ya estarán fríos y podrás empezar a moldear los dedos sin tener que esperar.
- Cuando hornees las galletas, verás que la masa se expande un poco y los dedos cambian ligeramente de forma. Es por este motivo que lo ideal es hacer los rulos finos, preferiblemente de 1,5 cm o, como mucho, de 2 cm. Así, aunque se expandan un poco, seguirán teniendo buen aspecto (¡¡a pesar de lo terroríficos que son!!).
- Además, entre los ingredientes añadimos una parte de harina de fuerza, que ayudará a absorber parte de la grasa y del agua, lo que también será de ayuda.
- Asimismo, podemos evitar que se expandan dejándolos en la nevera más tiempo del habitual. Lo ideal es prepararlos de un día para otro, o por lo menos que descansen en la nevera toda la noche.
- Al usar tanto la bandeja perforada como el tapete de silicona perforado, conseguiremos que la masa se cueza antes, quede más crujiente y se deforme menos.
- Cuando saquemos los dedos del horno y los pongamos sobre la rejilla enfriadora, hemos de evitar manipularlos, ya que recién horneados están blandos y los podríamos romper.
- Cada horno es un mundo, por lo que es importante controlar la cocción a partir de los 10-12 minutos, para que no se nos tuesten mucho si las queremos poco tostadas. Depende de como te gusten las galletas (más o menos doradas, más o menos crujientes), tendrás que ajustar el tiempo de horneado.
- Si les quieres dar un aspecto mucho más horripilante, puedes usar un poco de colorante natural en polvo del color que quieras en la masa, o cambiar la mermelada de fresas de las uñas por chocolate deshecho o crema de cacao. ¡Lo que imagines!
- Esta masa es ideal no solo para hacer unos dedos aterradoramente deliciosos. Puedes tener unas ricas galletas haciendo bolas con porciones de masa; las aplastas ligeramente y las pinchas con un tenedor antes de ponerlas en el horno. Decoradas con un poco de glaseado, chocolate, praliné o tal cual, mojadas en un gran vaso de leche, te alegrarán la tarde.