Tarta de polenta, calabacín y feta

En verano no nos apetece tanto cocinar y estar horas delante de los fogones, pero no podemos vivir solo de ensaladas. Las tartas saladas son una buena solución para servir en una cena de verano. Es cierto que tenemos tendencia a recurrir a las harinas de trigo como base para nuestras tartas pero existen en realidad otras opciones buenas, sanas y un poco diferentes a las habituales. Con esta tarta de polenta, calabacín y feta conquistaremos a nuestros comensales, que encontrarán en ella un gustoso sabor a maíz de la base, y un jugoso relleno a base de huevos, feta y calabacín; este último con una textura crujiente.

La polenta es la sémola del maíz que presenta un grano muy fino de color amarillo. Es un cereal que no lleva gluten y es muy digestivo, motivo por el que pueden tomarlo las personas celíacas o con sensibilidad al gluten. Como propiedades decirte que es una buena fuente de magnesio, calcio, potasio, Vitamina A, Vitamina C, carotenoides, ácido fólico, fibra y ácidos grasos esenciales. Además es una fuente importante de vitaminas del grupo B.

Yo he empleado queso feta para esta receta pero una ricotta, o un queso fresco de vaca o de cabra son también muy buenas alternativas.

La elaboración de esta tarta es rápida y fácil; incluso podemos tener la base preparada de antemano y terminarla al día siguiente. Lo que la hace realmente vistosa es el acabado del calabacín que cortamos con mandolina y enrollamos en forma de espiral. Es una tarta para servir templada y salida del horno, porque la polenta estará más crujiente, pero recalentada se convertirá en la envidia de todos los tupperwares.

Molde rectangular antiadherente con base extraíble De Buyer

Ingredientes

Base de la tarta:

• 125gr de polenta
• 500ml de caldo vegetal
• 2 c.p. de orégano o hierbas provenzales
• Sal y pimienta
• Aceite
• Molde rectangular con base extraíble De Buyer

Relleno:

• 3 calabacines medianos
• 2 huevos
• 150gr de feta
• 250ml de leche de arroz (puedes usar leche de vaca si lo deseas)
• 4 cucharadas soperas de pesto casero
• Sal y pimienta

Elaboración

Prepara la base de la tarta

1. Pre-calienta el horno 200ºC.
2. Pincela un molde de tarta de 10 x 35cm con aceite de oliva. Corta un poco de papel de hornear de la medida del molde y colócalo en la base y vuelve a pincelar con aceite.
3. Calienta el caldo vegetal y cuando rompa a hervir añade la polenta, y sazona. Mezcla y no dejes de remover durante un par de minutos hasta que quede completamente cocida y con una consistencia pastosa.
4. Apaga el fuego, añade las especias y sigue mezclando.
5. Sin dejar reposar, echa la masa al molde y con la ayuda de una espátula primero y después con las manos, reparte la masa por el fondo y el contorno del molde, hasta que quede uniforme. Pon la masa al horno a 200ºC durante 30 minutos hasta que quede crujiente.

Prepara el relleno

1. Bate los huevos y sazona con sal y pimienta, añade la leche y el queso feta desmenuzado y mezcla con la batidora un poco. Deja tropezones y reserva.
2. Corta con la mandolina los calabacines a tiras finas, enrolla las tiras como un canelón y clava palillos para sostenerlos y mantener la forma espiral mientras no los colocas en el molde. Reserva.
3. Coge la base de la tarta de polenta y cubre con 4 cucharadas de pesto, agrega la mezcla de huevos y queso feta y encima coloca los espirales de calabacín, presionando unos contra otros para evitar que se abran mucho durante la cocción.
4. Introduce al horno de nuevo a 180º C de 20 a 25 minutos hasta que se haya cuajado el relleno.
5. Sirve templado o frío. Acompaña de una ensalada.

Molde rectangular antiadherente con base extraíble De Buyer