En esta ocasión, Miriam, autora de El Invitado de Invierno, nos trae una receta que adorarás: se trata de un semifrío con el ingrediente más adictivo que puede haber, ¡el chocolate! Además este semifrío es de los más fáciles de preparar, así que te animamos a probar... ¡Y a disfrutar!

 

Un semifrío… ¿Sabéis lo que es y por qué se llama así? Pues es un postre helado, similar al helado, pero que por la forma en que se prepara no produce la misma sensación de frío en la boca, de ahí ese nombre tan gráfico.

Lo que diferencia al semifrío de un helado es que se introduce más aire previamente en la mezcla, bien con un merengue, bien con un sabayón, bien montando la nata, incluso hay semifríos que llevan estos tres componentes, menudo despliegue de medios.

Por esta razón no hace falta mantecarlo/batirlo como un helado (las múltiples burbujas de aire limitan el tamaño de los cristales de hielo); se congela directamente y sin anestesia, y siempre queda bien.

Este semifrío de chocolate negro solamente lleva nata montada como elemento esponjante, por lo que es uno de los semifríos más sencillos que podemos preparar. Pero no os defraudará. Entre otras cosas, porque es muy chocolatoso…

 

semifrío de chocolate

Plato Textured de Tokyo Design y platos de postre Emile Henry

 

Ingredientes

  • 285gr de chocolate del 70 % de cacao
  • 240ml de leche entera
  • 5 yemas de huevo
  • 100gr de azúcar
  • 1 pellizco de sal
  • 360ml de nata líquida (mínimo 35 % grasa)
  • Nata montada adicional para servir

 

Elaboración

  1. Forramos con plástico de cocina un molde rectangular (el de Birkmann es una buena opción). Reservamos.
  2. Ponemos el chocolate troceado en un bol grande (haremos en él la mezcla final) y colocamos sobre él un colador. Reservamos.
  3. En un cazo (si es con pico vertedor como éste siempre ayuda a traspasar luego el contenido) ponemos las yemas, el azúcar, la sal y la leche. Mezclamos perfectamente con unas varillas.
  4. Ponemos el cazo al fuego muy suave y calentamos sin dejar de remover ni un momento, para que no se nos cuaje la yema en ningún punto. Si tenemos termómetro de sonda es fácil controlar el cuajado, que ocurre a partir de los 72°-73°. Si no lo tenemos, lo hacemos como las abuelas: cuando la crema cubra el dorso de una cuchara de madera y quede un surco al pasar el dedo por él.
  5. Ojo, ¿qué pasa si se nos corta la crema? Si la cuajamos con cuidado no nos debe ocurrir, pero si tenemos esa mala suerte añadiremos de inmediato un chorrito de nata fría y batiremos con una batidora de mano. No queda exactamente igual, pero sirve para nuestro propósito.
  6. Vertemos de inmediato la crema espesada y caliente sobre el colador y el chocolate que teníamos en el bol. Ayudamos con una espátula de silicona a que pase toda la crema, apretando sobre el colador y rebañando la parte inferior.
  7. Removemos la crema con el chocolate hasta que esté todo integrado. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.
  8. Entonces montamos la nata, que deberá estar muy fría, hasta que haga picos blandos, no debe quedar dura del todo pues cuesta mucho más mezclarla con la crema de chocolate.
  9. Añadimos la nata a la crema, nunca al revés pues podría solidificarse el chocolate demasiado rápido, y mezclamos con una espátula y movimientos suaves y envolventes, aunque con cierta rapidez.
  10. Vertemos la mezcla en el molde preparado previamente, tapamos con más plástico y metemos el molde en el congelador por lo menos toda una noche.
  11. Cuando vayamos a servir el semifrío, lo desmoldamos sobre una fuente y dejamos que se temple 5 minutos. Podemos adornar las porciones con algo de nata montada adicional.

 

semifrío de chocolate

Molde antiadherente rectangular Birkmann y platos de postre Emile Henry

 

Aunque no es lo más habitual, con este semifrío de chocolate negro también se pueden formar bolas de helado para ponerlas sobre cucuruchos de barquillo o incluso hacer sándwiches de helado con barquillos cuadrados. Probad todos los métodos y elegid el que más os convenza…

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