¿Sabíais que pasamos entre un 30-50% de nuestro tiempo divagando? ¿Que sin darnos cuenta nos distraemos y estamos absortos en un flujo de pensamiento interno no relacionado con estímulos externos? Pasamos tanto tiempo así que incluso se ha llegado a decir que es el estado por defecto de nuestro cerebro.
Resulta que por una parte esta divagación interna es importante para razonar, planificar y aprender, además se relaciona con encontrar soluciones más creativas a problemas. Por el otro lado, este estado de ausencia implica perder el foco de atención y tiene un coste emocional. Porque vivir con la atención puesta en el presente se relaciona con un mayor bienestar. Mientras que el contenido de las divagaciones internas correlaciona con problemas que tenemos por resolver. Y se ha visto que incluso cuando pensamos en cosas agradables estamos menos contentos que cuando pensamos en lo que estamos haciendo.
Personalmente, me molesta perder el foco de atención, y me gusta parar un momento y poner toda mi atención en el presente. Pero también me gusta soltar mi mente. A que se pasee por lugares remotos, que vuele y viva sus aventuras. Especialmente cuando mi cuerpo está en movimiento. En la piscina por ejemplo es donde me invento las mejores recetas. Como esta. Que lo tiene todo.
Se trata de un plato muy colorido que une todo tipo de texturas, además de la divina trinidad del sabor dulce-ácido-salado. El radicchio además aporta un punto amargo, pero con los otros gustos queda muy balanceado. La podéis preparar en 10-15 minutos - y usar el hermoso wok de Skeppshult del que me enamoré a primera vista, o en su falta, en una sartén. Es una receta perfecta para esta -la mejor- época del año: hace calor pero no demasiado, todo está verde y los mosquitos no han llegado. Así que a disfrutar las horas de luz y a la vuelta preparar rápidamente esta receta fácil, sana y vegana, pero muy sabrosa y resultona.
Wok de hierro fundido Skeppshult
Ingredientes
Para el salteado:
- 2 radicchios pequeños
- 1 cebolla morada
- Unos 200 g (un bueno manojo) de judía verde
- Unas hojas de salvia (opcional)
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharadita de salsa de soja o tamari
- 1 cucharadita de sirope de arce (o miel)
- ½ cucharadita de sal
Para servir:
- 1 naranja
- 1 puñado de arándanos secos
- 1 puñado de nuez pecana, almendras, avellanas o nueces tostadas
- Rúcula o canónigos (o espinacas o mezclum)
- 1 aguacate
- 6-8 olivas kalamata (u otras olivas negras, opcional)
- 1 cucharadita vinagre balsámico
- 1 cucharada aceite de oliva
- 1 cucharadita sirope de arce
- Sal y pimienta a gusto
- Opcionalmente: queso de cabra
Elaboración
- Prepara los ingredientes: corta el radicchio y cebolla en gajos (dejando una parte del tallo para que las hojas se mantengan juntas).
- Corta los extremos de las judías y luego córtalas en 3.
- Calienta el wok (también se puede hacer en la sartén, idealmente de hierro fundido o acero) a fuego alto.
- Pon el aceite de oliva, las hojas de salvia, el sirope y la salsa de soja/tamari.
- Enseguida añade la cebolla, seguida de las judías y el radicchio.
- Saltea unos 4-6 minutos a temperatura alta, hasta que los ingredientes se tuesten y ablanden un poco.
- Reparte en dos platos y mezcla con el resto de los ingredientes.
Wok de hierro fundido Skeppshult
Nota: también se puede añadir quinoa al final para hacer el plato aún más sustancial.