Si quieres hacer una auténtica pizza italiana, no puedes dejar escapar la receta que nos trae Rosa, autora de Pemberley, Cup&Cakes. Se basa en la receta y consejos de las conocidas Hermanas Simili para elaborar una pizza caprese casera que está para chuparse los dedos. ¡Toca ponerte manos a la masa!
De todos es sabido que una pizza suele marcar el inicio de algo bueno; el avance de ese aroma inconfundible, tu familia o amigos dispuestos alrededor, una buena charla, quizás una peli... Aun así hoy elevamos la experiencia a un nivel superior, porque si además se trata de una buena pizza casera, el éxito está del todo asegurado.
Soy consciente de que, si nos vamos a enfrentar a la experiencia por primera vez, el hecho de formar nuestra propia masa y amasarla en casa pueda quizás resultar algo intimidante, pero creedme si os digo que no es nada que no esté al alcance de cualquiera.
En este caso, he querido seguir la receta del libro de las hermanas Simili, Pan y dulces italianos, para la preparación de la base de masa fina, perfectamente explicada y con todos los detalles que necesitamos tener en cuenta para disfrutar de una pizza casera como pocas.
Y en realidad no sólo se trata de una tarea relativamente sencilla y accesible, sino que además puede llegar a resultar tremendamente divertida y estimulante, sobre todo si contamos con la colaboración algunos de los comensales más dispuestos (que si son niños, lo disfrutarán y recordarán con mayor entusiasmo incluso) a la hora de elegir y componer nuestra pizza casera con nuestros ingredientes preferidos.
Además, comprobaremos rápidamente que conforme vayamos familiarizándonos con la tarea (y advierto que puede resultar altamente adictiva), el resultado no hará más que mejorar. Y es que estoy convencida de que tras la primera, habrá una segunda y le seguirán muchas más, pues una vez compruebas lo sencillo y reconfortante que es hacer tu propia pizza, te resultará difícil mantener las manos alejadas de la masa.
Así que ¿Qué, me acompañas?
Cuchillo para pan Pallarès, stand cerámico Le Creuset y tabla de madera de acacia T&G
Ingredientes (para 1 pizza grande o 2 medianas)
Ingredientes para la masa:
- 500gr de harina de trigo
- 10gr de sal
- 25gr de levadura fresca
- 250gr de agua mineral o filtrada (a unos 20ºC en verano, 30-35ºC en invierno)
- 50gr de aceite de oliva virgen extra
Ingredientes para la base (“suela”):
- 800gr de tomates enteros pelados (naturales o en conserva)
- Sal
- Pimienta negra molida
- Orégano
- Aceite
Ingredientes adicionales:
- 500gr de mozzarella de leche de vaca o de búfala
- 100gr de tomates secos en aceite
- 120gr de queso feta
- 100gr de aceitunas negras (yo he usado la variedad “Kalamata”)
- Hojas de albahaca fresca
- Aceite para pizza La Tourongelle (opcional)
Elaboración
1. Si vamos a amasar a mano, colocamos la harina en una montaña sobre la superficie de trabajo y formamos un hueco en el centro, como si fuera un volcán. (Consulta abajo en el apartado "Notas" cómo realizar el amasado con amasadora eléctrica).
2. En el borde del volcán a un lado, hacemos un pequeño hueco y colocamos la sal.
3. En el centro del volcán desmenuzamos la levadura, añadimos casi toda el agua (unos 200 g aprox.), disolvemos la levadura en ésta junto con un poco de harina del interior del anillo y dejamos reposar para que absorba bien durante unos 5 minutos.
4. A continuación, integramos el resto de la harina, ahora sí ya con la sal, añadimos el aceite y comenzamos a mezclar los ingredientes hasta que quede todo bien integrado (añadiremos más agua si fuera necesario). Para esta tarea es muy útil contar con una rasqueta de panadero (en su defecto, podemos utilizar una espátula plana grande de silicona).
Aceitera Paderno y cuchara para harina Bérard
5. Una vez más o menos integrados los ingredientes, comenzamos el proceso de amasado propiamente dicho. Plegamos la masa sobre sí misma hacia nosotros, colocamos lo que serían los “talones” de las manos sobre la junta y presionamos con suavidad en la dirección opuesta a nosotros, estirándola de nuevo. Giramos la masa ¼ y volvemos a plegar, a extender y a girar las veces que sean necesarias hasta conseguir una masa de textura suave y elástica (unos 8-10 minutos). Durante el proceso de amasado no será necesario engrasarnos las manos ni añadir más harina, pues esta es una masa que se deja manipular con bastante facilidad.
6. Seguidamente, damos forma de bola a la masa, cubrimos con un cuenco amplio boca abajo o un paño limpio humedecido y dejamos levar en un lugar cálido y alejado de las corrientes de aire durante unas 1 ½ horas o hasta que doble su volumen inicial.
7. Mientras tanto, escurrimos los tomates en un colador grande sobre un cuenco amplio (si fuera necesario, ayudaremos a escurrirlos con las manos para eliminar el exceso de agua), los troceamos sin esmerarnos en exceso (es suficiente con aplastarlos con las púas del tenedor) y reservamos.
8. Precalentamos el horno (eléctrico y sin aire) a 240ºC (o 250ºC si nuestro horno lo permite) y colocamos la rejilla del horno en la posición central.
9. Yo he optado por hacer 2 pizzas medianas**, por lo que, una vez lista la masa, la he dividido en 2 parte iguales (siempre cortándola con un cuchillo bien afilado; nunca con las manos). He utilizado la bandeja antiadherente para pizzas de Le Creuset, porque deja la base de la pizza crujiente como a mí me gusta y gracias a la calidad de su antiadherencia no es necesario ni engrasarla.
10. Seguidamente, sin apenas manipularla para evitar que se siga desarrollando el gluten (lo que nos dejaría con una base en exceso elástica), estiramos la masa con ayuda de un rodillo, dándole forma circular (siempre trabajando desde el centro hacia el exterior) hasta conseguir un grosor de unos 0,5 – 0,75 cm aprox., la enrollamos con suavidad sobre el rodillo sin apretar y la desenrollamos sobre la bandeja para pizza.
11. Una vez escurridos los tomates, descartamos el agua que hayan soltado, los pasamos a un cuenco amplio, sazonamos con un poco de sal y pimienta negra molida al gusto y repartimos en una fina capa sobre la masa extendida, descubriendo con la punta de los dedos unas cuantas zonas de la masa, formando así una serie de agujeros para que salga el vapor que producirá el tomate durante la cocción en el horno.
12. Introducimos la bandeja con la base de nuestra pizza en el horno a media altura y horneamos durante unos 7-8 minutos. Pasado este tiempo, abrimos el horno, giramos la bandeja de forma que el lado que estaba delante quede ahora detrás y viceversa y horneamos otros 7-8 minutos más hasta que la masa quede bien hecha y dorada. Esto es lo que las hermanas Simili denominan “suela”. Llegados a este punto, podemos continuar con el proceso o, una vez enfriada, congelarla (hasta 3 meses y siempre bien envuelta en film transparente primero y papel de aluminio después; no será necesario descongelarla a la hora hornearla, aunque habremos de alargar el tiempo de horneado posterior unos 5 minutos más).
13. Mientras tanto, troceamos la mozzarella en rodajas, escurrimos el aceite de los tomates secos y desmenuzamos el queso feta con los dedos en dados ni demasiado grandes ni demasiado pequeños.
14. A continuación, repartimos los ingredientes adicionales (excepto la albahaca) por toda la superficie de la base, aderezamos con el orégano, rociamos con un poco más de aceite y volvemos a introducir en el horno durante otros 6-7 minutos.
15. Una vez retiremos nuestra pizza del horno, la traspasamos a una rejilla, repartimos unas cuantas hojas de albahaca fresca por la superficie y dejamos enfriar unos minutos antes de cortar y servir.
Bandeja antiadherente para pizzas de Le Creuset, cuchillo para pan Pallarès y stand cerámico Le Creuset
Notas
- En caso de utilizar la amasadora eléctrica para el amasado, empezaremos añadiendo unos 200 ml del agua en el cuenco. Desleímos entonces la levadura fresca y dejamos que se disuelva. A continuación, agregamos unos 440-450 g de la harina aprox. (unos ⅞ del total), el aceite y la sal, por ese orden, y mezclamos suavemente hasta que se integren. Seguimos amasando, siempre con el accesorio de gancho, durante 5-6 minutos más con suavidad. Si fuera necesario, añadiremos el resto de agua o de la harina poco a poco y sin dejar de amasar hasta conseguir una masa suave y bien ligada. Aun así, es aconsejable realizar un último amasado a mano para asegurarnos de que nuestra masa ha adquirido la consistencia correcta y aportar así el aire que con la amasadora no podemos incorporar.
- ** Si vamos a hacer única pizza grande, podemos usar la bandeja del horno directamente. Añadiremos un chorrito de aceite en el centro de la bandeja (extendemos ligeramente con los dedos o un poco de papel de cocina pero sin llegar a los bordes), estiramos ligeramente la masa con el rodillo para aplanarla un poco, la colocamos sobre la bandeja del horno sin amasar más y la terminamos de extender con los dedos hasta cubrir toda la superficie.
- Huelga decir que los ingredientes adicionales podrán variarse y combinarse en función de nuestras preferencias personales, pero en caso de añadir alimentos crudos (carne, bacon, verduras, etc.), habremos de cocinarlos con anterioridad antes de añadirlos a nuestra pizza.
- Si te gusta dar un toque picante a la pizza, antes de servir puedes rociar un poco de aceite piccante La Tourongelle, está delicioso!
¿Y a ti, cómo te gusta tu pizza? Ahora ya no tienes excusa…
Rosa
Comentarios
Patricia | Tasty details dijo:
Me encanta la pizza casera y esta tiene una pinta increíble. La voy a probar tal cual, a ver si me queda tan bonita como esta! Un saludo :)