Las tortas de sal son una de las recetas tradicionales más populares de la Vega Baja del Segura. No hay niño que no se haya llevado una torta al colegio para disfrutarla en el recreo y que junto a las tortas de “miguicas” (mis favoritas) sea una de las meriendas más socorridas entre los críos de mi comarca.
No es de extrañar que tanto estas tortas de sal, como las de migas, como las famosísimas tortas de calabaza (tipo bollo, receta aquí) y un sinfín más, llenen los mostradores de panaderías y supermercados de mi comarca. Las tortas de sal son un acompañamiento perfecto, tanto en meriendas, aperitivos, tentempiés, etc., y además, tienen un no sé qué, que es imposible parar de comer.
Como ya sabéis, me gusta daros a conocer recetas tradicionales de mi tierra, y hoy le toca el turno a una de las más fáciles y sin apenas ingredientes: harina, agua y sal. La elaboración es muy sencilla, se trata de estirar y estirar la masa hasta conseguir que sea muy fina; lo de los plegados, no te asustes, son sencillos pliegues que ni siquiera necesitas que queden perfectos, da igual, se trata de hacer un hojaldre rústico, en casa, y para nuestra familia. No importa que sean “feas”, qué más da… ¡Se trata de disfrutar en la cocina!
… y si además, tienes un procesador Magimix, el amasado lo harás en un santiamén. Si no es el caso, y aún no te has hecho con uno, no te preocupes, hazlo manualmente hasta conseguir una masa lisa y homogénea.
Ingredientes
- 500 g de harina de fuerza
- 250 ml agua
- 1 cucharadita de sal
- Aceite de oliva
- Escamas de sal
Preparación
- Precalentamos el horno a 180 °C calor arriba y abajo con la rejilla en la parte central.
- Metemos la harina, sal y agua en el procesador Magimix provisto de la cuchilla amasadora. Comenzamos a pulsar para unir los ingredientes y por último amasamos hasta conseguir una bola de masa homogénea.
- Dejamos reposar la masa unos 30 minutos para que se relaje.
- Cortamos la masa en porciones de unos 50 g para tortas pequeñas (10 unidades) y 100 g para tortas grandes (5 unidades).
- En una superficie aceitada estiramos una porción de masa con ayuda de un rodillo hasta conseguir que quede muy fina, casi transparente, echamos un chorrito de aceite, pincelamos por toda la base y espolvoreamos harina. Plegamos la masa de modo que el aceite quede encerrado en ella, para ello, cogemos un extremo y lo llevamos al centro y con el otro extremo lo envolvemos. Damos la vuelta para que quede el pliegue debajo y volvemos a estirar con el rodillo. Este proceso de plegados, lo repetiremos al menos 2 veces con toda la masa.
- Para terminar, finalizados los plegados, estiramos la masa intentando darle forma rectangular y dejándola lo más fina posible. En la bandeja de horno, provista de papel vegetal, colocamos las tortas (por tandas), echamos un chorro de aceite de oliva y espolvoreamos con escamas de sal. Horneamos en la parte central del horno durante 17 minutos o hasta que estén doradas.
- Dejamos enfriar sobre una rejilla y… ¡A disfrutar!
