Pocos platos hay que se consuman o apetezcan más en el verano que las sopas frías de todo tipo. Estas elaboraciones tan de nuestro país representan lo mejor de la dieta mediterránea, que no deberíamos abandonar nunca. Sanas y deliciosas, lo tienen todo.
Y como siempre os aconsejamos, son muy fáciles de hacer en casa con los utensilios de cocina adecuados.
¿Qué utensilios de cocina hacen falta para preparar sopas frías?
- En función de si es un plato cocinado o crudo, nos hará falta una buena cazuela para cocinar los ingredientes, como en el caso de la vichyssoisse, esa crema que se prepara con puerro y patata cocida y que se sirve bien fría. Mmmmm. Si quieres apresurar la cocción, una olla a presión tiene otras tantas ventajas.
- Una buena batidora de vaso, trituradora o batidora de mano para triturar los ingredientes y dejar la sopa fría bien fina y suave.
- Si queremos ser aún más finos, un buen pasapurés o chino para no dejar absolutamente ninguna piel de las hortalizas.
Batidora de vaso Kitchen Aid, olla a presión Fissler y pasapurés de acero inoxidable Tellier
Cinco recetas de sopas frías
Quizá en las sopas frías tan tradicionales en nuestro país podemos distinguir entre las que se preparan con tomate, de todos conocidas, y las que no llevan ese color rojo tan característico.
Yo soy gran entusiasta del tradicionalísimo gazpacho y del salmorejo cordobés (clicad en los enlaces para ver la receta). El gazpacho requiere poca presentación, ya sabéis que se elabora con tomate, pimiento, ajo y pan en su versión más básica. Y con su aceite de oliva virgen y su vinagre, que no falten.
El salmorejo es similar al gazpacho, pero solo lleva tomate y ajo en lo que se refiere a hortalizas, y mucho más pan que el gazpacho, por lo que el resultado es más espeso. Tanto que conozco nativos cordobeses que lo consumen más como moje o dip que como sopa.
Receta de gazpacho (servida en boles Nippon Blue de Tokyo Design) y receta de crema de remolacha
Entre las sopas frías populares que no llevan tomate está el suculento ajoblanco malagueño, una sopa que se espesa con pan y buenas almendras. Si os animáis a probar la receta (aquí), os aseguro que no os arrepentiréis.
La sopa de melón es otra fórmula que se ha hecho popular y que se puede elaborar de formas variadas, pero tal como la hago yo lleva melón, vino blanco afrutado, algo de miel, zumo de limón y sal. Sencilla para que brille el sabor del melón. Ah, y una guarnición de jamón serrano en lasquitas, crudas o tostadas, queda de maravilla.
La quinta sopa que quiero recomendar para el verano es más bien una crema: la crema de remolacha. Es una sopa que me encanta servida fría, resulta realmente sabrosa, aunque también podéis acordaros de ella para los meses fríos y servirla calentita. La receta que os proponemos (aquí) va acompañada de unas cucharadas de yogur, que la redondea y sorprende.
Aunque no es lo más tradicional, me gusta esa idea de servir las sopas frías a modo de aperitivo o chupito en raciones pequeñas y en recipientes divertidos, como por ejemplo las minicocottes. Imaginaos un picoteo con racioncillas variadas de sopas frías... qué buena idea, ¿no?
Las soperas Le Creuset: ideales para servir sopas
Las soperas Le Creuset son perfectas para todo tipo de sopas, tanto frías como las que mencionamos en este artículo, como calientes. La calidad de su cerámica preserva perfectamente los sabores y mantiene bien el frío y el calor.
Receta de ajoblanco malagueño, servido en las soperas Le Creuset
Como todos los productos Le Creuset, no solo tienen una calidad y resistencia a prueba de bomba sino que son preciosas, con esos colores tan vivos y esa línea tan característica. Miradlas, ¿no os parecen bonitas a rabiar?
Aunque si preferís otro estilo para servir las sopas frías, los platos hondos de Emile Henry también tienen una cerámica y una línea maravillosas. Sin olvidarnos de los boles de porcelana de Tokyo Studio.
Comentarios
Carmen DN dijo:
Me gustan vuestros productos